Esta vez, el preámbulo se centra en las películas que se han quedado fuera del Top 50 y que, sin ser maravillas, hay que darles una oportunidad. Nos ha salido un número tan absurdo como 6 y son las siguientes:
BAR BAHAR (Maysaloun Hamoud, 2016) https://www.youtube.com/watch?v=rwrO_2Mn0K4GAMES PEOPLE PLAY (Dawn Westlake, 2014) https://www.youtube.com/watch?v=FZtOSCNtavw
CUANDO TIENES
17 AÑOS (André Téchiné, 2016) https://www.youtube.com/watch?v=-V0K8Gij-vo
LA CAZA DE LA
ZARIGÜEYA REAL (Abe Kobe, 2016) https://vimeo.com/168474850
LES BARBARES
(Jean-Gabriel Périot, 2010) https://vimeo.com/15275142
LUNA (Alejandro
Amenábar, 1995) https://www.youtube.com/watch?v=aF6ZP4JgfC4
Vale, vale: reconozcamos que también se podrían haber incluido Luces de París (Marc Fitoussi, 2014), El abrazo de la serpiente (Ciro Guerra, 2015) y algunas otras, pero ya es suficiente; gracias. Sí, sí; tranquilidad en las masas, que ya vamos con el triunvirato vencedor.
Durante gran parte de 2016 se ha considerado La Mejor Película del Año y ha aguantado muy bien el tipo. Viene de Rumanía y fue descubierta en el FICUNAM, festival celebrado en la Ciudad de México y homenajeado en una entrada d´este blog. No se sabe cómo, en Rumanía, pueden, salvo honradísimas excepciones, mofarse de sus propias estampas de pobreza y chanchullos, lo que no quiere decir que allá sólo sean esas sus señas de identidad: también hay historias ideales, actores y actrices sobresalientes, y guiones absolutamente sublimes. Júntanse casualidades, encuentros oportunos, mentiras necesarias y una mención especial al mal humor como un personaje más. Frente al fondo triste que desencadena un episodio más rocambolesco que ridículo y de final ciertamente cautivador, esta es la comedia negra, amarga y hasta gris más graciosa de los últimos años.
¿Cómo? ¿Que al Cinéfilo Ignorante le ha dado por la comedia? ¿Que va a honrar a este género por encima de los dramones que ha defendido toda la vida con vehemencia? Vayamos por partes: en El Ciudadano Ilustre prima la exageración, bañada siempre de sátira; a eso lo llaman comedia. Después: se narran hechos tal vez risibles pero inequívocamente trágicos. Y es cierto que hay buenos (aunque al bueno le sobren kilos de pedantería) y malos (encargados de aportar los correspondientes mamporros). No obstante, la historia provoca, a partes iguales, toneladas de compasión por el escritor que encarna el impresionante Óscar Martínez y, a la postre, un odio irreprimible hacia los representantes de las comunidades cerradas que dicen adorar la cultura. Resultado: la película idónea para hacerse urbanita.
